3 trucos para mejorar tus sopas y cremas de otoño/invierno

1. La clave está en el caldo

Siempre podemos usar simplemente agua, pero todos sabemos que una sopa o crema de verduras ganan muchísimo si la preparamos con caldo. Hay algunos comerciales buenos pero suelen ser algo caros, y no siempre son fáciles de encontrar. Huid de las pastillas de concentrado, con lo poco que cuesta hacerlo casero es una pena no invertir algo de tiempo en ello.

Lo mejor de los caldos es que se pueden congelar en porciones para tener siempre reservas listas para usar. Merece la pena aprovechar carcasas de pollo, restos de verduras, huesos de ternera o cabezas y espinas de pescado cuando las tenemos a mano. En cualquier caso, un buen caldo de verduras es la base comodín perfecta para cualquier sopa o crema.

2. Cremas de verduras más suaves

Cuando cocino cremas de verduras para mí rara vez añado nada que las haga más ligeras, pero porque me gusta la textura rústica, espesa y concentrada. Sin embargo, soy consciente de que suavizarlas mejora el sabor y las hace más delicadas, más presentables y mejor recibidas por todos los paladares.

El recurso más fácil es añadir un lácteo al final, después de triturar. Hay muchas alternativas: nata ligera de cocina o incluso más grasa, crème fraîche o Schmand, queso crema, leche de vaca o de cabra -preferiblemente entera y mejor si es fresca-, quark, yogur, labneh o un poco de mantequilla son buenas opciones. Hay que procurar que se integren bien para conseguir esa textura de terciopelo.

 

3. Y cremas cremosas libres de lácteos

Por supuesto, se puede conseguir el mismo efecto sin recurrir a los lácteos. Para intolerantes, alérgicos o veganos hay otras alternativas. La leche de coco es muy popular, tiene un sabor muy suave según la marca y enriquece muchísimo las cremas. Hay que probar diferentes fabricantes porque la proporción de grasa y el aroma puede ser muy diferente.

Las cremas  vegetales son mi recurso favorito, y cada vez más fáciles de encontrar. Las hay de muchos tipos: soja, avena, arroz, espelta, quinoa, amaranto… Las de arroz normalmente tienen un sabor más neutro que va muy bien con cualquier verdura.

El tofu sedoso triturado se convierte en una crema de textura aterciopelada ideal para suavizar y enriquecer cremas de verduras. Y un truco que añade muchísimo sabor es triturar cebolla asada, dejándola que se cocine hasta que quede muy jugosa y caramelizada.